¿Por qué he escrito este libro?
Porque deseo que se escuche una voz distinta que contribuya a innovar la enseñanza teórica, verbalista, retórica y repetitiva –aún vigente–.
Mi objetivo fundamental es que este libro sirva de estímulo a todos aquellos que quieran ser educadores, líderes, gerentes, o que aspiren a su autorrealización como personas.
No establezco diferencias entre un padre, una madre, un profesor, un líder, un gerente o un consultor: todos deberían ser educadores, por lo tanto, todos pueden llegar a ser maestros. Si no, ¿cuál es el sentido de las maestrías?
La tarea es ardua. Lo sé desde hace más de cincuenta años. Siempre tuve conciencia de que la labor individual es casi estéril, mas no dejé de ser un incesante luchador.
Empecé a trabajar como profesor con niños y jóvenes de educación secundaria. A los más pequeños los hacía representar escenas de cuentos leídos en el aula o ilustrar poemas de José María Eguren; a los mayores, les pedía que comentaran dos libros de Platón, La apología de Sócrates y Critón o los deberes del ciudadano. Desde mis inicios buscaba que los alumnos pensaran por sí mismos. En mi casa escuché desde niño el «¿tú qué opinas?», el «¿cómo lo aplicas?», «¿a ti qué te parece?» que tanto se olvida en las clases universitarias. También me interesó vivamente inculcar principios éticos y actitud solidaria.
He continuado este empeño en el pregrado y en el posgrado universitarios. Hoy, en la materia que enseñe, procuro estimular la inteligencia de mis alumnos y que descubran o fortalezcan su líder interior. Esto me interesa más que la acumulación de datos. El análisis ha de ser crítico, el pensamiento realista y que a la vez desarrollen su imaginación –madre de la creatividad y la invención–, tan necesaria en este momento de cambios incesantes y de procesos de entropía que se suscitan en toda organización humana. Por eso estoy de acuerdo con Peter B. Vail1, quien se refiere al «aprendizaje como estilo de vida», es decir «una forma de vivir y trabajar, de pensar y sentir» y más adelante sostiene que es una forma de ser y una mentalidad.